No bien nos asomamos a la prosa o a la poesía de Susana Szwarc percibimos ese registro de lenguaje que da la impresión de retornar a una voz arcaica, despojada, parece el resultado de una percepción casi primitiva. Sus textos son el resultado del calar profundo, del dar en el blanco en un solo acto. El movimiento es hacia lo interior y se caracteriza por su intensidad. Al leerla se tiene la sensación de que la voz ha dado un salto desde el hoy hacia el origen eludiendo todos los mecanismos del racionalismo. El procedimiento básico de sus narraciones se sustenta en la supresión y la síntesis. Su narrativa no es para nada convencional y está impregnada de la práctica de la poesía. Podría decirse que es una literatura de hallazgos, de puntos brillantes en medio de la nada, de momentos de iluminación. Se evidencia además un gesto de ruptura en lo formal narrativo. En su planteo poético se detecta una complejidad que exige un lector participativo que no se apegue a una propuesta básica de legibilidad o transparencia debido a su compromiso con un nivel alto de significación.
A riesgo de caer en lo aventurado considero que el concepto de lenguaje que sostiene la escritura de los textos de Szwarc es entendido como un acto de captación y descubrimiento. El lenguaje es eso que debe ser capturado al vuelo. Se trata de asaltar la palabra, descubrirla. Así la poeta tiene la actitud de una cazadora, por eso sus textos suelen estar rodeados de silencio. Es el silencio de la cacería, el previo y el posterior, el silencio que prepara y sucede al asalto. Pero se captura lo esencial, nada debe sobrar, se ha atrapado la pulpa. Lo visible es lo que ha quedado de un despojamiento. Y ese despojamiento está también convertido en materia del texto, se lo tematiza. Szwarc desnuda al lenguaje. Su literatura es una literatura de hallazgos, de momentos de iluminación, de puntos brillantes que aparecen rodeados de silencio o en medio de la ausencia de cualquier otra cosa. La relación con el lenguaje es de asalto y si tiene un rasgo sobresaliente es la búsqueda de lo medular.
Tal vez la marca distintiva de la prosa y la poesía de Jorge Ariel Madrazo sea el juego. Hay ligereza en el tono, la levedad en las que los rasgos de erudición se desplazan con naturalidad. Muchos de sus textos se caracterizan por un trabajo de filigrana que va estableciendo redes mediante un entramado que no elude la complejidad. Madrazo toma el legado de la ilustración y juega con él con toques de preciosismo. La riqueza de lenguaje encuentra su lugar tanto en la prosa como en la poesía, el lenguaje se regodea en sí mismo, el lenguaje se convierte en un acto de celebración y de goce. Detrás de la voz que narra o poetiza está presente la alegría de emplear la materia verbal. El movimiento es en extensión, centrífugo, la voz bucea, merodea, se enmascara, se disfraza, un ir y venir y en entrecruzamiento continuo, por eso la ironía, el paratexto, los muchos registros de vocabulario como el de los arcaísmos, los regionalismos, el lunfardo, los neologismos, los anacronismos, los distintos giros del habla, los modismos populares que tienen lugar en la vastedad del discurso. El texto sólo puede surgir estableciendo múltiples relaciones. El lenguaje entendido en su riqueza ilimitada con un sentido de exploración. La relación que Madrazo establece con el lenguaje es de seducción y de complicidad. La complicidad supone apropiación y cercanía, pero esta seducción no inhibe al texto de ser lo que es, un espacio arduo, muy ajeno a cualquier actitud facilista, persiste un continuo gesto de conquista a pesar de ser algo que ya se posee. Y, al mismo tiempo, en ese juego interminable en el que la palabra es medio y fin a la vez, aparece la deliberada distorsión, la ruptura del pacto. Romper el esquema, ir por el borde, porque la riqueza del lenguaje y la relación estrecha todo lo permite. La ruptura es capaz de alcanzar el límite más extremo: lo tragicómico. Guiños constantes, firuletes frente a la tradición, finísimo trabajo, barroquismo. Si Szwarc desnuda al lenguaje, Madrazo lo viste y lo trasviste. Los ropajes del lenguaje son múltiples. En este gesto de apropiación hay un intento de contener la totalidad, pero se trata, desde ya, de una totalidad inagotable y por lo tanto inabarcable.
Susana Szwarc nació en Quitilipi (Chaco 1954). Formó parte del primer Plan Nacional de Lectura creado por Hebe Clementi durante el gobierno de Alfonsín. Es autora de narrativa (“El artista del sueño”, “El azar cruje”, “Una felicidad liviana” ). Poesía: “Bailen las estepas”, “Bárbara dice”, “El ojo de Celan”). Literatura infantil: “Había una vez una gota”, “Había una vez un circo”,”Salirse del camino y otros cuentos”. Escribió obras de teatro que se representaron y tiene inédita: “La resolana”. Premios: Nacional iniciación de poesía, Fundación Antorcha y Regional por novela, Julio Cortázar por cuentos, El Municipal Ciudad de Bs.As. en poesía. Parte de su poesía fue adaptada a la ópera y traducida al chino-mandarín, rumano, polaco, alemán, italiano y el libro completo Bárbara dice, al francés.
En prensa: la novela “Trenzas” (reeditada por Ed. Entropía) y “La muertita” (editada por La mariposa y la iguana). Es integrante del Club Argentino de Kamishibai, teatro de papel, que coordina Amalia Sato y trabaja para crear una biblioteca popular en Quitilipi.
Jorge Ariel Madrazo (Buenos Aires, 1931). Más de una docena de poemarios y dos libros de cuentos. También: “Quarks” (microficciones), la novela “ Gardel se fue a la guerra“(Primer Premio Ciudad de Buenos Aires 2003/2005). y los ensayos “Breve historia del bolero” (Caracas, 1980) y ”El Anticristo” (Madrid, 2005). Su antología poética personal “Alma que has de vivir“ está en impresión en Lima, Perú (Editorial Summa), igual que su nuevo libro “Poemas de ángel caído” (Ediciones Caletita, México). Inédita: la antología poética “Algunas escenas del mundo”. Primer Premio en Literatura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y 2º Premio Nacional-Regional. Invitado a diversos Festivales internacionales. Integra el Consejo de la revista “Trilce” (Concepción, Chile). Miembro honorario dela Academia de Letras del Nordeste del Brasil y de la Sociedad de Escritores del Brasil. En 2014, la Biblioteca Nacional argentina lo distinguió con el Premio “Rosa de Cobre” a la Trayectoria literaria.
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