Espiral de Saraswati

martes, 25 de octubre de 2011

GRACIELA PEROSIO: CUATRO TEXTOS POÉTICOS


  Conozco a Graciela Perosio desde hace muchos años, compartimos intereses, búsquedas, situaciones de vida. Graciela es esencialmente poeta, además de ensayista y docente, sin embargo a estos textos se los puede  ubicar en un límite donde lo poético y lo narrativo se rozan. Escenas recortadas en las que se irradia un momento crucial. La intimidad profunda de la vida.
1.-

 Era peligroso pero sus ojos sabios lo habían decidido y lo seguí.
Las pocas luces que no dormían se fueron diluyendo entre los árboles. Finalmente bajamos al río. Su ondulante cola se hundía en la oscuridad. No le resultaba difícil, era una noche blanda. Orión se geminaba en el río: curva etérea un gigante, pez indeciso el otro. Cielo y agua en una gran boca abierta.
Ya no lo veía y entonces estaba en todas partes. Dos o tres chasquidos en el agua, las iguanas ¿Se asustaría el gato?
Traté de olvidarlo. Me recosté en la arena de la orilla para rendirme a los brazos azules del guerrero. Y cuando quieta, me sentí cielo, noche, río, me sorprendí pensando: ¿Y si no vuelve?
                              ………..
2-

 
El ómnibus, entre brumas grises, me lleva sobre el mar
que baña la bahía de Río de Janeiro.
El puente te acerca a  Río Bonito y conecta, por el otro lado,
con la Rodoviaria da Tijuca.
Llovizna. En la niebla oigo íntimamente la voz de mamá:
-¿Qué vas a pedir de regalo de Reyes?
-Quiero ese disco que pasan por la radio:
Manha tan bonita, manha, de un dia feliz che chegou.
En el verano del 59 todos hablaban de Orfeo Negro.
-¿Estás segura? ¿Y para qué querés esa música?
-Para llorar, mami.
La madre se queda tiesa, muda ante esta niña difícil
con la que no sabe qué hacer. (¡Tan distinta a sus ansias!)
Mientras cruzamos el puente canto para mí,
una y otra vez, mm mmm,
con boca cerrada, labios prietos,
el tema principal de la película.  
Por suerte, la intuición paterna
llegó oportuna desde el otro cuarto:
- Ningún problema, hija, tendrás el disco.
- Es que esa mujer tiene una voz de misterio.
Me gusta y me da miedo. Mucho, papi.
-Vas a  aprender esa canción,
quien canta es Maysa Matarazzo.
Ojalá  tengas un decir como el de ella.¡Maravillosa!
Pero te voy a pedir algo.
Y su aprendida virilidad contuvo las lágrimas
que igual brillaban en los ojos. (Yo las vi y no olvidé.)
-Te pido que la cantes siempre pero
no vivas así, no, nunca, te pido.
Mm mmm mmm mmmmm mmm,
¡Oh! papá: todo está gris en Río.                                             
                                
          (mientras pensaba este poema, los diarios  del mundo anunciaban la muerte de  Amy Winehouse) 

              ………..
3-
 Mi diente se hinca en la suave y crujiente
corteza del dátil
que resiste levemente la incisión.
Se abre la pulpa jugosa.
Hundo mi lengua en su carne agazapada,
apenas arenosa.
-Es una duna húmeda, diría Alicia
desde su desierto maravilloso.
Rodeando el carozo, hacia el corazón,
me sorprende un cierto amargo alimonado.
Y la memoria azul
en el turbante que envuelve
la noche de la infancia.
                   
………..
4-
                                “el viento mueve, esparce y desordena”
                                                          Garcilaso de la Vega

En la tarde de viento helado
avanza por la calle Cerviño,
una mujer delgada de unos 50 años.
El pelo ensortijado, rubio y largo,
se arremolina azotando su rostro cabizbajo.
Vestida completamente de negro,
camina a paso regular y decidido,
sosteniendo (tal un pequeño cuerpo yerto
y con una mano en cada extremo)
una rosa roja de tallo largo
que va de una a otra cadera.
Al acercarnos mutuamente con la marcha,
                                  puedo ver que llora,
que, contenidamente, llora,
mientras mira la fragante rosa roja
o la daga intacta
de un poema amputado.


Graciela Perosio nació en Buenos Aires  en 1950. Escritora. Profesora Universitaria en Letras. Recibió la Beca Nacional de investigación del Fondo Nacional de las Artes para estudiar la obra de Carlos Latorre, sobre la que ha escrito dos ensayos. Publicó siete libros de poesía: del luminoso error, Brechas Muro, La varita del mago, La vida espera, La entrada secreta, Regreso a la fuente, Sin andarivel. Su libro Balandro, permanece inédito. Su obra está siendo traducida a varios idiomas, ha recibido interpretaciones de artistas plásticos, músicos pintores, escultores. Muchos de sus poemas se han difundido de blog en blog por la red, tanto aquí como en el extranjero


                   

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